¿Cómo se destruye y debilita tu sistema inmune?
Sí, seguro que lo primero que habéis pensado es que debería hablar de cómo fortalecer ese sistema inmune y no de cómo destruirlo, pero creo que es más conveniente el averiguar cuántas de las cosas que tomamos o hacemos en nuestro día a día están haciendo todo lo contrario.
Ante todo, me gustaría dejar claro que nada de lo que vamos a hablar aquí es una cura milagrosa, ni mucho menos un remedio contra el Covid-19. Pero si tenemos en cuenta que nuestro sistema inmune se encarga de preservarnos del ataque de patógenos como: parásitos, hongos , bacterias y VIRUS, podemos entender que es de vital importancia en este momento que tomemos conciencia de lo importante que supone tener las defensas en plena forma.
En la gran mayoría de artículos, nos vamos a encontrar que empiezan hablando de todo cuanto deberíamos comer para mejorar nuestro sistema inmune. Pero no tienen en cuenta el factor más relevante y de suma importancia, es que el primer paso sea siempre eliminar los alimentos que restan de una forma devastadora nuestra salud inmune, o dicho de otra forma, ¿de qué nos vale apostar por comer 50 alimentos beneficiosos cuando solo 2 de los malos tienen mas repercusión en nuestra salud?, y son capaces como he dicho antes, de debilitar y destruir nuestro sistema inmune. Por lo que prefiero hablaros de alimentos que deberíamos evitar y algunos consejos que le vendrán “de perlas” a tu sistema inmunológico.
¡Los azúcares refinados se encargan de destrozar tus defensas!
Hablemos del primer alimento destructivo, y fijaos en lo bien que suena cuando los pronunciamos: ¡AZÚCAR!. Sé que a alguno de vosotros os vendrá a la cabeza el sentimiento de felicidad que aporta esa palabra, aún más, cuando recordamos a nuestra querida Celia cruz gritándolo en un escenario, que por cierto, no lo hacia por su pasión por el azúcar, sino porque un día, durante una presentación, mientras cantaba Tu Voz, gritó espontáneamente “Azúcar”. Fue algo tan espontáneo y divertido, que decidió seguir haciéndolo.
Pero vamos al grano que me voy por las ramas, jeje.
Es evidente que el ser humano ha satisfecho su pasión por lo dulce a base frutas y miel básicamente durante miles de años, alimentos en los que el azúcar se encuentra en su forma natural y nos encontramos con vitaminas, minerales, enzimas, proteínas, agua, etc. Nada que ver con el llamado azúcar refinado que hoy podemos encontrar sin ningún esfuerzo y en muchos alimentos procesados, entre otras cosas, por su gran poder adictivo.
Lo que no nos cuentan es que al consumir azucares refinados el sistema inmune se debilita durante aproximadamente 5 horas. (The American Journal of Clinical Nutrition, Volumen 26, Número 11, noviembre de 1973, páginas 1180–1184 ). Lo más curioso es que otros estudios demuestran que tomar esos carbohidratos más simples procedentes de frutas y verduras son capaces de mejorarlo.
Por si fuera poco, se ha demostrado que es un ladrón en nuestro organismo (y suelo comentarlo cuando me confesáis sentiros con más energía cuando estáis comiendo menos azúcar). Ese tipo de azúcar, altera el organismo con su tremenda carga energética, haciendo trabajar “en vacío”, ya que para su metabolización, el organismo deberá emplear reservas de vitaminas, aminoácidos y minerales.
Si además, tenemos en cuenta que está íntimamente relacionado con la enfermedad, que es el combustible favorito de tumores y células cancerígenas y que nos genera un estado de adicción muy similar al de la nicotina o la cocaína. Creo que queda claro que este es el principal “alimento” del que debemos prescindir o consumir lo mínimo posible.
Sigue sumando estrés y preocupaciones para destrozar tu sistema inmune
Cada vez hay más estudios que corroboran que existe una relación directa entre los altos niveles de estrés con la supresión del sistema inmune. Además, tened en cuenta que aumenta la presión arterial, segrega cortisol, adrenalina y muchos otros cambios hormonales, que posiblemente nos van a conllevar un aumento de peso.
Curiosamente a ese estrés por norma general se le suele llamar “pre-ocuparse”, y fijaos que la misma palabra nos lo indica, ya que la gran mayoría de las veces en lugar de “ocuparnos” preferimos “pre-ocuparnos”, dándole vueltas y vueltas a algo que como se suele decir: “Si tiene solución…¿por qué te preocupas?, y si no la tiene…¿por qué te preocupas?”. Vamos, que si tiene solución ACTÚA y si no la tiene ACEPTA, es lo más humano y aunque al principio parece una idea descabellada, en realidad, es lo más fácil.
Del mismo modo, algo que va a reforzar de una manera increíble tu sistema inmune y que no nos cuesta nada de nada, lo hacemos solamente unas 15 veces al día frente a las 300 veces que lo hacen los niños. Sí, estoy hablando de sonreír, porque los beneficios de la risa y del buen humor han sido demostrados científicamente e incluso avalados como terapia.
Por lo tanto, ahí tienes otro consejo más, sonríe y permítete ser feliz. Y digo permítete porque existe mucha gente que vincula su felicidad a lo que tienen y no se dan cuenta que “lo que tenemos es lo mas inestable que podemos tener”, no hagas que tu felicidad dependa de ello.
No descanses y duermas lo suficiente y en breve puede haber una reducción de glóbulos blancos
Hay una relación, como así lo demuestran estudios, donde se relaciona la privación del sueño con el sobrepeso, la diabetes e hipertensión. Y del mismo modo esa restricción del sueño, genera un deterioro significativo de nuestro sistema inmunológico.
Si no dormimos lo suficiente o lo que es lo mismo, descansamos de forma irregular, vamos a ser más propensos a enfermedades e infecciones. Así lo demuestran investigaciones que observan como nuestros glóbulos blancos experimentan una disminución increíble y proporcional a la privación del sueño.
Y es que según los expertos, los cambios hormonales que se producen durante el sueño son primordiales para la liberación de esas hormonas que están relacionadas con la mejora de nuestro sistema inmunológico.
Soy un pesado, pero… no realizar actividad física, hará que tu sistema inmunológico este bajo mínimos
Voy a empezar contradiciendo lo que he dicho, ya que al realizar cierto tipo de actividad física la posibilidad de que bajen nuestras defensas y tener enfermedades aumenta. Pero, esto solo pasa en ejercicios de muy alta intensidad y que transcurren durante un largo periodo de tiempo. Es algo bastante normal en deportistas de alto rendimiento, debido a que tras esos largos y tediosos entrenamientos las células inmunes van hacia el músculo que ha sido dañado y, por lo tanto, van a dejar más desprotegidas otras zonas de nuestro cuerpo.
Pero a lo que vamos, cuando el ejercicio es moderado o de alta intensidad pero no supera los 30 minutos, no afectará negativamente al sistema inmune. Es más, el ejercicio físico moderado va a reducir la probabilidad de sufrir infecciones, comparado con personas sedentarias. Si trazamos nuestro “entrenamiento” teniendo en cuenta nuestra edad y nuestro estado físico, podemos afirmar que esa actividad va a mejorar nuestra salud y, por lo tanto, nuestras defensas.
No obstante, en realidad no se sabe exactamente de qué manera mejora la inmunidad hacia cierto tipo de enfermedades y cómo lo hace. Y aunque solo son teorías se cree que la actividad física podría ayudarnos a eliminar bacterias en las vías respiratorias por lo que reduciríamos las posibilidades de resfriarnos, por ejemplo. Otras teorías, indican que los anticuerpos circulan a más velocidad por nuestro organismo, detectando con más rapidez la enfermedad. De la misma forma, hay quién afirma que la elevación de la temperatura que se produce durante e incluso después del ejercicio podría impedir el crecimiento bacteriano y combatir mucho mejor una infección (algo similar a lo que nos sucede cuando tenemos fiebre).
Y aunque todo son teorías, podemos dar por sentado que el ejercicio físico va a disminuir las hormonas del estrés, nos hará sentir mejor y, por lo tanto, mejorará nuestro sistema inmunológico.
En resumidas cuentas…
No me gustaría terminar estas líneas sin indicar que ni mucho menos hemos hablado de todo cuanto puede ser perjudicial para nuestra salud y, por lo tanto, para nuestro sistema inmunológico. Ya que, por ejemplo, no hemos hablado para nada del agua (cuando el cuerpo recibe la cantidad adecuada de agua, mejora el sistema inmunológico); tampoco hemos hablado de las grasas trans y de la relación tan íntima que tienen con nuestra salud, no hemos hablado de como evitar intoxicar nuestro cuerpo con ciertos alimentos, bebidas, drogas (aquí entraría el abuso de medicamentos) y muchos otros aspectos que hacen que tu organismo deba estar restaurando un equilibrio que le impide estar al 100% por si se le ocurre entrar algún “bichito”, jeje.
Podrías sumar a todos estos consejos los que ya estáis cansados de escuchar y que nos hablan de qué vitaminas y minerales con nombres muy raros son beneficiosos para el sistema inmune. Pero… si bajamos la ingesta de azúcar y las grasas perjudiciales, descansamos correctamente, sonreímos mucho, nos movemos un poquito y tomamos frutas y verduras a tope… será menos probable que enfermemos!
Como siempre, espero que te sirva de ayuda o por lo menos de reflexión este pequeño artículo. Recuerda que no dejan de ser consejos y que en ningún caso, deben suplir las recomendaciones médicas.
Os mando un fuerte abrazo y ánimo para estos días tan difíciles, ¡Nos vemos en breve!