Sí, seguro que a todos nos ha pasado que, aunque vemos esa bandeja navideña cargada hasta los topes y que ya es día 8 de enero, nos sentimos menos culpables pensando en que es normal que debamos terminar esa bandeja cueste lo que cueste (nos suele costar entre 3 y 4 kilos más de los que ya hemos cogido en los días de Navidad) y aparece en nuestras mesas todavía cuando ya estamos a 25 de febrero.
Estamos todos con esa sensación de: – No pasa nada! ¡sólo estamos terminando la bandeja! jeje, entre otras cosas porque vemos que el confinamiento va para largo. Pero es una ilusión de la que debemos despertar cuanto antes, ya que, aunque puedes (y lo vas hacer) engordar un poquito, recuerda que luego te costará mucho más adelgazar. Porque no sólo vamos a estar con más peso al finalizar esta «interminable Navidad», sino que además nos encontraremos con el mal hábito de comer lo que nos dé la gana.
A causa de la crisis del coronavirus, nos encontramos confinados en casa, y como ya he dicho antes, vemos que esto va para largo (más de uno ya hemos pensado, en cuanto me avisen me pego 2 semanas a tope y me lo quito jejeje) y nos estamos dejando llevar por los caprichos. Y si a eso le sumamos que apenas nos movemos nos va acabar pasando factura no sólo en nuestra figura, sino que también en nuestra salud.

Vamos, que en resumidas cuentas puedes darte algún capricho, pero no te dejes por completo, no juegues con tu salud.

¿¿¿Pero cuantos kilos vas a engordar en el confinamiento???

La cuarentena que estamos viviendo es como os decía una Navidad interminable, donde hace “fresquete”, estamos en casa y solemos darnos más gustos gastronómicos de los que no  deberíamos.
Para hacernos una idea, si en Navidad solemos coger entre 2 y 4 kilos, podríamos apostar que, si no le ponemos freno a esto, la mayoría de nosotros puede acabar con entre 4 y 8 kilos de más.
Pero pasemos a lo importante:

¿¿Existen trucos para que se nos vaya de las manos??

Por supuesto que hay trucos, pero no milagros. Y es por eso que lo primero es volver a coger el control y dejar de lado ese trueque emocional del que siempre vas a salir perdiendo, porque como siempre os digo eres sólo uno contra dos, o mejor dicho tu voluntad enfrentándose a tu cuerpo y tu cerebro, y ellos siempre encontrarán la excusa para que empecemos el lunes siguiente o cómo no, el típico » un día es un día » ten en cuenta que te conocen demasiado jeje.

1) No permitas el trueque emocional

Si te levantas con la mentalidad de «bueno, por un día no pasa nada » o «con lo estresado que estoy hoy me lo merezco » vas a engullir durante todo el día sin control pensando o creyendo que además lo has decidido tú. Y lo peor de todo es que se te abrirá el apetito y acabarás con esta dinámica mientras dure el confinamiento. No te lo permitas, como te he dicho antes, una cosa es un capricho puntual, otra es dejar el barco a la deriva y sin nadie en el timón. Cada vez que te sientes en la mesa, tienes que ser consciente de cada alimento y cada bocado, disfrútalo, porque a fin de cuentas no se trata de privarse demasiado, sino más bien de tener tú el control.

2) Come de todo, pero mucho más de lo que te conviene

Son días en los que es fácil convertirnos en «carbohidrateros», apostando únicamente por el pan, la pasta, el arroz, las patatas y las legumbres, sumándole a eso las galletas, bizcochos y otros dulces que, al ser «caseros» hacen que nos sintamos menos culpables. Y aunque es correcto apostar por una pequeña cantidad de carbohidratos, olvidamos que deberíamos apostar por proteínas de buena calidad, ya que como siempre hemos comentado, son buenas porque nos sacian y son capaces de acelerar el metabolismo de una forma considerable. Eso sí, recuerda que incluso esas proteínas deben estar en su justa medida, porque no es lo mismo comer la vaca entera a comerse un chuletón, de la misma forma que no es lo mismo comer cordero a comer carne blanca o un buen pescado.
No obstante, recuerda que aumentar el consumo de proteínas tiene que ser acompañado de un buen aporte de agua, ya que los riñones van a aumentar su trabajo al tener que filtrar todo el nitrógeno de la gran cantidad de aminoácidos. Vamos, que no os pongáis a hacer cosas raras como dietas hiperproteicas que os van hacer perder peso y salud en igual medida.

3) Para beber:  agua

Por una parte, nos disminuirá el apetito, ya que el líquido ocupa espacio en nuestro sistema digestivo (aunque es transportado fuera de él a gran velocidad) y por lo tanto ya que no se mantiene mucho en el tiempo esa sensación de saciedad es bueno beber un vaso de agua justo antes de empezar a comer. Por otra parte, nos mantendrá hidratados, y esto es fundamental, dado que todos los sistemas de nuestro organismo requieren una buena hidratación para ser efectivos, y cómo no, un metabolismo activo precisa de esa agua.
Tampoco vamos a engañarnos, todos sabemos que en estos días muchos solemos acabar tomando alguna que otra cerveza , pero podemos tomárnoslas en su gran mayoría 0% ( no todas jeje ) y ese día del capricho controlado, una copita de vino (cada copa son unas 75 kcal), eso sí ,todos sabemos que esa cerveza o ese vino abre el apetito y da lugar a ser acompañado de «patatuelas» o cascaruja que nos aportaran 300 calorías con sólo coger tres puñados. Mejor acompañarlo de unas gambitas, mejillones, berberechos, calamares o sepia a la plancha, en plan chiringuito saludable.

4) Si tienes muchos antojos de dulce permítetelo alguna mañana

Si te está costando mucho controlar el antojo del dulce por estar encerrado en casa constantemente, mejor que optes por frutas a cualquier hora del día ( sí, incluso plátanos , ya que como siempre digo no conozco a nadie que este obeso por comer plátanos ) y si lo que necesitas de vez en cuando es un poco de chocolate o un trocito de bizcocho del que ya os sale a la perfección después de tantos días probando recetas jeje , que sea en el desayuno, no va a tener menos calorías, pero bien seguro tendrás más tiempo de quemarlas y por lo tanto que no vaya a parar a las «lorzas» al llegar la noche, jeje .
Y ya que hablamos de fruta, no olvidemos a nuestras amigas las manzanas. Hay un viejo refrán inglés que dice “una manzana al día mantiene al médico lejos de ti” y seguro que ninguno de nosotros está dispuesto a ir al médico en estos tiempos que corren. Además, las manzanas contienen una fibra llamada pectina. No entraremos en tecnicismos, pero es buena para nuestro sistema digestivo por diversas razones. La primera es que, al entrar en contacto con el agua, se convierte en un gel que aumenta el volumen del bolo alimenticio y nos sacia enviando señales al cerebro diciendole que te sientes lleno.

5) Las gallinas que entran por las que salen.

¡¡Si solo entran gallinas, al final el gallinero se nos va a desbordar!!
Son matemáticas, podríamos decir que por cada 3.500 calorías sobrantes vas a sumar medio kilo más (y es muy fácil terminar cada semana con muchas gallinas que sobran en el gallinero, por norma general unas 7.000 calorías extras que harán que suba una cifra más cada semana).
Dicho de otro modo, hay que saber compensar: si sueles comer 1800 calorías aproximadamente por norma general y un día de esos que parece que tenemos que terminar con las reservas del Mercadona te has metido 6.400, los días siguientes intenta comer 1.300 para compensar.

7) ¡ Intenta moverte !

Es bien sabido que un poco de actividad física nos ayuda a controlar mejor el apetito, en estos días nos ayuda además a no volvernos locos y generar muchas hormonas que nos ayudarán a sentirnos mejor. También influye en la mejora de la salud mental al ser un aliado contra el estrés. Y de eso estamos sobrados estos días.
Tampoco es necesario que os pongáis el tema de Rocky a toda pastilla y os destrocéis para luego estar 5 días con agujetas y devorando ese bizcocho para matar las penas jeje. Pero sólo el dedicarle entre 15 y 30 minutos al día pueden hacer que quememos entre 200 y 400 calorías extras al día. Y lo que es mejor aún, vas a conseguir que tu metabolismo se acelere.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja a los adultos realizar 30 minutos de actividad física moderada al día (yo personalmente prefiero 15 con intensidad). Por ejemplo, subir escaleras constituye una forma óptima de cumplir, al menos en buena parte, estas recomendaciones que contribuyen a un estilo de vida saludable y a la prevención de enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial o el infarto de miocardio.

Bueno, espero que todos estos pequeños consejos os aporten un poco de ánimo y que empecemos a pensar que esto se puede alargar demasiado como para pensar que ‘cuando se acabe ya me pondré las pilas’.
Yo os animo a que, poco a poco, volvamos a la normalidad dentro de lo posible y que volvamos a comer simplemente de forma saludable, porque al fin y al cabo de eso se trata, de tener en cuenta que lo más valioso es la salud y es algo que solemos darnos cuenta solamente cuando nos abandona.
Recordaros como siempre que todo lo que os indico son consejos que nos direccionan a una alimentación sana y equilibrada. Y que, en ningún caso, deben suplir las recomendaciones médicas cuando creáis que pueden existir patologías, como he dicho antes, con la salud no se juega.

¡¡Os mando un fuerte abrazo y ánimo para estos días tan difíciles!!
¡¡Cuidaros y cuidad de los vuestros!!
¡¡¡Nos vemos en breve!!!

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